Personalmente
creo que para buscar la verdad es decir nuestra verdad, hay que estar en el
camino de la búsqueda metafísica de tu existencia y de hecho los que hemos
tomado este camino estamos convencidos de que este si es el camino.
No
cabe duda que el camino que algunos hemos escogido es ciertamente un camino
menos transitado, no es un sendero recto y por tanto es angosto, pero que nos
lleva a una luz trascendental espiritual hacia la respuesta de nuestra
existencia.
Pero
para muchos el haber escogido este camino metafísico puede estar profundamente mezclado con matices religiosos
que años y siglos atrás nos sacudieron en los cimientos de nuestras vidas.
Sin
embargo ya desde muy temprano y como un joven adolescente comencé a cuestionar
mi propia religión, simplemente porque me hacia preguntas para llegar en última
instancia a las interrogantes verdades universales.
El
camino no es fácil, porque suele ser un viaje en solitario y en contra de
muchas personas con ideales muy cerca de ti que no entienden que has emprendido
un camino que además no hay vuelta atrás.
Cualquiera
que haya tenido que luchar su camino a través de este impedimento laberíntico
se entiende lo difícil que es conciliar en solitario es este sistema de
creencias.
Sin
lugar a dudas la ciencia y religión son las dos grandes visiones del mundo más
importantes. Son fenómenos globales presentes a lo largo de toda la historia de
la humanidad.
Las relaciones entre ciencia y religión se pueden enfocar
desde tres puntos de vista: histórico, epistemológico y sociológico.
La primera pregunta que uno se plantea es si son entre sí
compatibles o incompatibles. Dentro de la compatibilidad se puede destacar su
autonomía y desde ella el diálogo y la complementariedad.
El problema de los orígenes del universo, la vida y el hombre
puede plantearse desde la espiritualidad y de la ciencia. Aunque esto llevó a
ciertos conflictos hoy encontramos que no tiene por que oponerse. El campo de
la moral y la ética es un terreno en el que ciencia y espíritu se deben
encontrar.
La primera motivación existencial de la existencia tiene
relación con el hecho mismo de estar vivo en el mundo en donde puedo decir con seguridad que YO EXISTO.
En el ya sabido y celebre
planteamiento filosófico de René Descartes, donde dijo en su famosa locución
latina “cogito ergo sum”, que en español se traduce frecuentemente como
“pienso, luego existo”, siendo más precisa la traducción literal del latín
“pienso, por lo tanto existo”, esta es la única verdad que yo puedo
afirmar, es decir que yo realmente
existo, todo lo demás hay que ponerlo en tela de juicio, mi realidad, mi
familia, mis amigos, todos los objetos que yo veo, etc.
Pero una vez se y tomo conciencia
de que yo existo la pregunta siguiente es ¿Cuál es el sentido de mi existencia?
¿Vivimos conscientes de nuestro
ser o vivimos rutinariamente sin importarnos ni preguntarnos el origen y
sentido de nuestra existencia?
La respuesta a esta pregunta viene
determinada por el estudio y la reflexión del intercambio
de ideas con el mundo en que vivimos y
el compromiso que esto implica.
Así,si yo acepto el concepto
cartesiano “Solo sé que yo existo” pero ¿Comprendo mi existencia? Como dice
un viejo dicho alemán del siglo XII: "si no sé de dónde vengo, ni sé hacia
dónde voy, me pregunto entonces ¿por qué estoy tan contento?” sin embargo la
felicidad está en la ignorancia de la verdad.
Vamos a poner un ejemplo una persona tiene cáncer pero ella
no lo sabe y vive feliz y tranquila por ignorar su propia enfermedad, sin
embargo el día que se lo diagnostican y se lo dicen se acabo la tranquilidad y
empezaron sus problemas.
Por lo tanto la ignorancia en muchas ocasiones da cierta
felicidad pero que no hay que confundir la ignorancia con la estupidez. Ya que
con el conocimiento la ignorancia se cura y la estupidez es una enfermedad
incurable.
Pero con la incertidumbre de nuestra existencia llegamos a
plantearnos preguntas de gran profundidad y si de verdad pienso acerca de estas
preguntas, me doy cuenta de que realmente no puedo comprender mi existencia.
Yo soy como una isla en un océano de ignorancia y hay una
sensación de que estoy conectado a las cosas que me superan o me trascienden.
La actitud más adecuada que pueda tener hacia este hecho incomprensible es el
asombro. Básicamente, sólo puedo asombrarme del hecho que yo estoy aquí.
Si dentro de mi gran ignorancia sobre mi existencia no puedo
contestar a muchas preguntas después del conocimiento adquirido entonces es
posible que el resultado sea inquietud, inseguridad, sospecha y recelo.
Sin embargo, a pesar de ser receloso sobre mi existencia debo
aprovechar estas
condiciones, tomar una decisión en
su favor y aceptarlas.
Es decir aceptar los
aspectos positivos y soportar los
negativos.
Aceptar significa
estar listo para ocupar el espacio en que me encuentro, confiar y saber
que si existo y no tener que huir.
Soportar requiere de
la fortaleza para aceptar las reglas de juego de mi existencia y consentir
aquello que es difícil o incluso amenazante ya que esta vida impone
determinadas condiciones para mi existencia, el mundo tiene sus leyes a las que
yo debo adaptarme.
Una vez aceptado y entendido de que yo existo es cuando procuro
mi capacidad para tolerar y aceptar las condiciones y
reglas de esta vida.
Si esto no ocurre y acepto y soy además consciente de mi
existencia pero no acepto las reglas del juego entonces es cuando la medicina psicosomática
lo traduce en la aparición de disturbios y diferentes patologías de ansiedad.
Pero el aceptar que yo existo y reconocer que hay unas reglas
de juego esto no es suficiente porque todos queremos que
nuestra existencia sea buena, podemos ser felices, tanto como sufrir
profundamente. Sin embargo, nuestra finalidad en la vida tendría que ser vivir
y estar en armonía con el mundo y conmigo mismo, así puedo sentir la profundidad
de la vida.
Este conjunto de experiencias
que llamamos vida llegan a un objetivo fundamental que es el valor por vivir
esta vida y este sentimiento es el más profundo que podemos y debemos tener.
Este sentimiento por el valor de la vida
es el que colorea nuestras emociones y representa un punto de referencia para
todo aquello que podamos sentir como meritorio.
Por ello tengo que aprovechar la vida al comprometerme
con ella. Pero llegando a este punto de intuición en mi existencia es cuando
me puedo preguntar ¿Como puedo aprovechar mi vida al máximo?
Lo primero que uno
debe hacer es lo que te gusta. Aprovecha tu tiempo, tu vitalidad y tus
sentimientos. Sigue las directrices de tu intuición siendo moral, ético y sincero contigo mismo. Sigue con impaciencia
tu instinto, incluso arriesgándote. No dejes pasar las oportunidades para tu
avance existencial y sin arrepentirte, haciendo que los errores sean
simplemente lecciones. Ama sin depender ni pedir nada a cambio. Ríe en cada ocasión
hasta que te duela el estomago. Respeta las ideas del resto de la gente, para
que respeten las tuyas. En ocasiones tienes que ser firme diciendo NO cuando no
quieres. Perdona a los que te hirieron y sigue sin recelo hacia adelante. Camina
siempre por el límite de tu verdad. Es muy bueno cantar a menudo. Rodéate de
buena gente. Mira a las estrellas y el firmamento por las noches. Baila bajo la
lluvia. Aprecia mucho a aquellos que te quieren y recuérdales cuanto significan
para ti. Escucha las diferentes opiniones de los demás sin discutir a pesar de que
tú tengas tus opiniones distintas. Procura que tu sonrisa cambie el mundo sin
dejar que el mundo cambie tu sonrisa. No juzgues a nadie. Habla siempre sin
ofender. Ante los obstáculos levántate y cuando te caigas no te quejes ni le eches
la culpa a nadie y sigue adelante a pesar de todo. Lucha y trabaja por tus
sueños, poniendo lo mejor de ti mismo. Cumple siempre tus promesas. No dejes
que nadie te hiera y sobretodo No pretendas ser algo que no eres.
Voy
a mencionar lo que dijo Gregorio Marañón sobre la existencia y la vida
Vivir no es sólo
existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Porque descansar, es empezar a morir.
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Porque descansar, es empezar a morir.
En muchas ocasiones
cuando caminamos por el sendero equivocado es cuando en la vida te va
sucediendo unos hechos mientras uno se empeña en hacer otros planes, ya que la vida está hecha para vivirla y sobre todo
para comprenderla.
A medida que voy entrando en el conocimiento de nuestra existencia me doy cuenta que esencialmente estoy solo. Mis pensamientos son los que crean mi realidad y mis sentidos son los que proyectan esta realidad en mi mente, y cuando eres consciente de este hecho avalado por otro lado por la física cuántica es cuando se produce en mí sentimientos de sospecha y de respeto hacia nuestra verdadera existencia.
Llegados en este
punto de mi conocimiento sobre mi existencia es cuando en mi vida me podría preguntar
¿Pero qué veo realmente? Y ¿Quién me ve realmente?
Como ya explique en
nuestro libro “Somos una Conciencia Inconsciente”, nuestra visión no es más que
una simulación en un mundo virtual dentro de un mundo real y la suma de todas estas
experiencias se agregan a la que da el sentido de mi vida, todo lo cual me conduce a una sensación de ilusoria
realidad.
Personalmente considero
que esta ilusoria realidad es la que da
todo el sentido de mi vida y que desde una perspectiva positiva es la
posibilidad “más valiosa y realista" para tomar la decisión
mas correcta del camino que debo seguir.
Y terminare con una frase del místico San
Agustín “Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él.
Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la meta,
mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre, más se aleja”.
Un fuerte abrazo.
Happy
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