Como dice
Heisenberg “La realidad de la que podemos hablar y la que nosotros conocemos y
nos movemos no es la realidad en sí, sino una realidad sabida o incluso, en
muchos casos, una realidad configurada por nosotros mismos.”
Por lo tanto en todos los planos astrales hay una realidad consensuada ya que la realidad objetiva se ha evaporado y lo que nosotros observamos no es la naturaleza en sí sino la naturaleza expuesta a nuestro método de interrogación".
También en
otros planos nos podemos encontrar con una realidad propia única donde podemos
modular nuestro propio entorno y que no será paran nada una “realidad
consensuada”.
Así nuestra
realidad en la que vivimos y percibimos con nuestros cinco sentidos es una realidad
consensuada por todos, que transcurre en un escenario donde la obra de teatro
de nuestra vida y existencia transcurre dentro de un marco de alucinación
cultural compartido por todos nosotros.
Pero esto no
ocurre solo en nuestro plano físico sino que sucede en todos los planos
astrales de nuestra conciencia es decir de nuestro propio “YO”.
Así nuestra
realidad en otros planos también será una realidad creada por nosotros mismos
que será o no consensuada con otras conciencias.
El budismo, especialmente
la filosofía Madyamaka, hace hincapié desde hace casi dos mil años en
que no percibimos la realidad tal como es.
De acuerdo con
la filosofía Madyamaka, todos los fenómenos están vacíos de
"naturaleza propia" o "esencia" significando que ellos
carecen de realidad intrínseca e independiente aparte de las causas y
condiciones desde las que ellos surgen.
Recientemente,
a partir del siglo XX, el pensamiento cientificista ha empezado a entender esta
idea y a encontrarle sentido. Donde el observador es el que crea el universo,
es decir nuestra realidad consensuada y por tanto la Realidad de nuestros ojos
es decir la que percibimos es una muleta cómoda pero superflua que nace a
través del diálogo cuando la forma aparente (denotativa) del lenguaje es
cambiada por su función (connotativa).
Hay que tener
en cuenta que el valor denotativo de una palabra es lo que significa, frente al
valor connotativo, que es lo que
sugiere.
Heinz von
Foerster científico y cibernetista, dice que el mundo se nos presenta a través
de una seguidilla caótica de sensaciones que acuden a nuestra mente consciente
en forma casi ininterrumpida. Pero nuestro cerebro funciona haciendo una ordenación;
podríamos decir que es nuestro órgano ordenador.
En efecto según
Foerster todo lo que hace el cerebro es dar una forma coherente al conjunto caótico
de percepciones, técnicamente actúa como un mecanismo compensador de variedad,
estableciendo diferencias y similitudes, que se traducen en “nuestra realidad” deductiva
e inductiva, almacenando la experiencia pasada e incluso previniendo el futuro.
Según Huxley “La
función del cerebro y del sistema nervioso consiste en ordenar los millones de
impulsos que recibimos por segundo y crear en gran medida la realidad en que vivimos”.
Por su parte,
ya en 1918 ante la Sociedad de Física de Berlín, Albert Einstein hizo una
reflexión sobre nuestra realidad y dijo:
“El hombre
intenta crear para sí mismo, del modo que más le convenga, una imagen del mundo
simplificada e inteligible; después, y hasta cierto punto, intenta que su
cosmos reemplace al mundo de la experiencia, porque cree que así se hará dueño
de éste. Cada uno hace que ese cosmos y su construcción sean el eje de su vida
emotiva, para hallar a través de ese camino la paz y la seguridad que no es
posible encontrar en la fuente de la experiencia personal".
En nuestra vida
cotidiana la mente consciente trabaja ordenando el azar de la experiencia directa,
haciendo distinciones de figura y fondo, para así conformar un modelo que es
abstracto y, por lo tanto hacerlo simplificado que sería nuestra propia Realidad.
Por lo tanto
creamos una realidad conforme a un modelo que da cuenta del pasado y, como todo
modelo, permite hacer predicciones; predicciones que no siempre se cumplen, pero
que en general resultarán certeras; en otras palabras generamos una explicación
del mundo. Esta explicación puede desempeñar un rol tan manifiesto que incluso
puede actuar como filtro para la captación de nuevas percepciones.
En palabras de
Paul Watzlawick: “si, tras larga búsqueda y penosa incertidumbre, creemos haber
hallado al fin la solución de un problema, nuestra postura, lastrada de una
fuerte carga emocional, puede ser tan inquebrantable que preferimos calificar
de falsos o irreales los hechos innegables que contradicen nuestra explicación,
antes que acomodar nuestra explicación a los hechos. ”
Carl Gustav
Jung se dio cuenta que la gente operaba de acuerdo a lo que su modelo de realidad
dictaba. Este concepto es uno de los más importantes de Jung y se denomina: la
realidad de la psique.
Lo que este concepto señala es que, independientemente de cómo hayan sido en algún momento los inputs físicos asociados a una percepción determinada, lo que cada persona considerará real es lo que su modelo de Realidad se dé cuenta y elabore, aunque haya una discrepancia entre el modelo y la Realidad misma.
Albert Einstein
también se refirió a este punto: “Todos hemos tenido alguna vez la duda: ¿Hemos
experimentado algo de verdad o lo hemos soñado? Es probable que la capacidad
para discriminar entre estas alternativas se produzca, en primer lugar, como
resultado de una actividad ordenadora de la mente. ”
Los biólogos
chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela en 1972 definieron el concepto de
la autopoiesis o autopoyesis que quiere decir producción y creación de uno mismo,
es decir es un neologismo, con el que se designa un sistema capaz de reproducirse
y mantenerse por sí mismo.
Es decir en
otras palabras las células vivas tienen químicamente un sistema de auto-mantenimiento.
Una descripción breve sería decir que la autopoiesis es la condición de
existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos.
Lo anterior
explicaría por qué el propio modelo de Realidad actúa como filtro de la
percepción: la dinámica del sistema nervioso no depende de un conjunto de
"entradas" ya que el propio sistema es capaz de filtrarlas e incluso
de alterarlas mediante su propia dinámica cerrada.
En
consecuencia, se tiene que cada individuo tendrá una percepción distinta de las
mismas "entradas".
Este es un
hecho conocido en sicología y se le referencia a través del concepto de puntuación
de los hechos.
Los dos efectos
anteriormente mencionados: que el modelo de Realidad actúa como filtro de la percepción
y que los mismos hechos pueden tener una puntuación distinta, se pueden resumir
en el enunciado de Gregory Bateson: «la realidad depende de lo que se cree».
Por lo tanto, la Realidad (con mayúscula) no es real (con minúscula).
La
realidad está en nuestra mente, la Realidad no; es más, la Realidad no puede
estar jamás en nuestra mente porque es algo mucho más vasto.
Ni siquiera
podremos jamás concebir la Realidad total, sino que a lo más, tal vez, vamos a
poder formular un sistema de "leyes" que decimos que la Realidad o la
Naturaleza cumplen.
Pero la
Realidad no está condicionada coercitivamente a cumplir ciertas leyes, somos nosotros
los que interpretamos la Realidad en base a regularidades que nuestro
Metasentido ordenador encuentra para poder abreviar, para poder manejar la
inmensa variedad del Universo que nos es indirectamente accesible.
Debemos de
tener en cuenta que el concepto de Suprasentido, o también llamado Metasentido,
sería el sentido último que está en una dimensión que nosotros no podemos
captar directamente e inmediatamente en nuestra realidad cotidiana; y que
quizás la podamos captar a posteriori o en incorporándonos en otros planos
astrales.
El pintor
surrealista e intelectual René Magritte trabajó en los años 1946-1947 en un
Manifiesto Constructivista, que primero tituló «Manifiesto del extramentalismo»
y finalmente
«Manifiesto del
amentalismo». La frase central de sus ensayos era «Todo ocurre en nuestro
universo mental».
Su célebre pintura «La Condición Humana I» (1933) simboliza este concepto de forma esquemática y artística mostrando un cuadro dentro del propio cuadro, señalando implícitamente que la condición humana se puede representar mediante un metamodelo de la Realidad.
En consecuencia
sólo podemos hablar de objetividad como lo hace Maturana es decir entre paréntesis;
esto es: un consenso entre las diferentes realidades subjetivas.
Así la
"Realidad" no se entiende ahora como un concepto metafísico sino como
un concepto sociológico.
Como conclusion
diremos lo que dijo Peter Krieg: “A estos ámbitos consensuales les
denominamos simplemente "realidad".
Por lo tanto la
realidad es una construcción social que a su vez permite y constituye a la
sociedad. ”
Un fuerte abrazo
para todos
Happy
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