lunes, 6 de abril de 2015

EL SUEÑO LÚCIDO

Un sueño lúcido es aquel en el que eres consciente de que estás soñando, de tal forma que serías capaz de controlar tu sueño y hacer que se desarrolle a tu gusto siempre que aprendas a controlarlos.

 El uso del adjetivo "lúcido" como sinónimo de "consciente" fue introducido en 1867 por el escritor, sinólogo y especialista en sueños francés Léon d'Hervey de Saint-Denys, en su obra Los sueños y cómo controlarlos (en francés Rêves et les moyens de les diriger).

Se puede dar espontáneamente o ser inducido mediante prácticas y ejercicios.

Según R. Walsh y F. Vaughan la consciencia de soñar por parte del sujeto le da la posibilidad de controlar deliberadamente no sólo sus acciones, sino también el contenido y desarrollo de sus sueños.

La capacidad de reconocer y controlar los estados oníricos ya se mencionan en textos budistas del siglo VII. En Occidente se ha estudiado el fenómeno en condiciones de laboratorio desde finales de los años 1970.

Desde la más remota antigüedad, los sueños han sido considerados como una fuente de inspiración que nos transmite mensajes misteriosos.

Los chamanes, por ejemplo, veían confirmada su vocación sagrada en el transcurso de un sueño mientras que para los profetas de Israel, por su parte, los sueños eran portadores de mensajes divinos.

Recordemos, por ejemplo, aquel pasaje de la Biblia que dice: «Escucha mis palabras: si hubiera un profeta entre vosotros, Yo, el Señor, me presentaría ante él en una visión y le hablaría a través de un sueño».

Las antiguas culturas mediterráneas afirmaban que los sueños eran una fuente de curación y esta creencia congregaba en el templo del dios Esculapio a numerosas personas que trataban de incubar sueños terapéuticos.

Más recientemente, la psicología ha declarado que los sueños constituyen «el camino real al inconsciente» (Freud) y que son mensajes de curación y conocimiento intuitivo procedentes del inconsciente(Jung). De la misma manera, la psicología transpersonal también presta una gran importancia a los sueños.

Pero sea cual fuere nuestra interpretación, los sueños constituyen un milagro nocturno que abre nuestra visión a un universo poblado de personajes, lugares y criaturas que parecen sólidos, independientes y «reales».

Además, durante el sueño nuestra propia persona parece dotada de un cuerpo sólido y «real» que parece ser el origen y el sostén de nuestra existencia, de nuestros placeres y de nuestros dolores, un cuerpo dotado de ojos y oídos que nos proporcionan mensajes sensoriales y cuya muerte supone también nuestra propia muerte.

En conclusion diré que este mundo y este cuerpo onírico y sutil parecen crearnos y controlarnos, aunque el universo aparentemente objetivo es una creación de nuestra propia mente, siendo un producto transitorio y subjetivo que se halla, en última instancia, sometido a nuestro control.

Un fuerte abrazo para todos.

Happy
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario