El axioma del III principio de la filosofía hermetica es el
“Principio de la vibración” donde se dice que “Nada es inmóvil; todo se mueve;
todo vibra".
El gran maestro Hermes Trismegisto en los albores de nuestra
civilización ya anuncio este principio que hoy empezamos a comprender gracias a
la física cuántica.
Este principio encierra la verdad de que todo está en
movimiento, de que nada permanece inmóvil. Estos hechos físicos que anunciaron
hace miles de años por los Maestros del antiguo Egipto hoy dia lo está confirmando la ciencia moderna.
Este principio explica las diferencias entre las diversas
manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aún del mismo
espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios.
En términos muy simples una vibración es un movimiento
oscilatorio de pequeña amplitud. Todos los cuerpos presentan una señal de
vibración en la cual plasman cada una de sus características.
La vibración es un movimiento de vaivén, rápido y de poca
amplitud.
Lo que distingue y diferencia a todos los objetos universales
es la característica del tono de la
vibración por segundo.
Cuando hablamos de vibración, en realidad estamos hablando de
ondas de su amplitud, frecuencia, intensidad, y la rapidez de la fluctuación.
Por ejemplo, una cuerda de guitarra crea su sonido a través
de las ondas que crean las vibraciones que viajan a través del aire.
Las vibraciones de nuestro cuerpo son muy parecidas a las
ondas que emite una guitarra aunque su naturaleza y su medio de propagación son
más exóticos. Emplean el mismo medio a través del cual las ondas de luz y de
radio viajan, pero están hechas de ondas potenciales en lugar de ondas
electromagnéticas.
Las ondas potenciales son aquellas que la energía va asociada
con una onda de propagación.
Esto significa que el
campo vibratorio de nuestro cuerpo se compone de campos y ondas mucho más
sutiles que los campos eléctricos o magnéticos, por lo que los instrumentos
convencionales no pueden detectar por ejemplo el aura.
Sin embargo, este campo está lleno de energía moldeada e
información y es la esencia misma de nuestros pensamientos y emociones.
La explicación de nuestras vibraciones están muy relacionadas
con el campo de la física cuántica, o al menos de cómo los principios cuánticos
permiten a la conciencia interactuar con la realidad física.
La física cuántica
calcula futuros probables y la conciencia selecciona cuál de ellos va a
experimentar. Pero mientras que la ciencia convencional dice que los efectos
cuánticos se limitan a la escala subatómica, aquí reconocemos que tal vez los
fenómenos cuánticos son igualmente activos en el mundo macroscópico y en
realidad conducen la progresión de nuestras experiencias.
Debido a que los procesos cuánticos no sólo determinan lo que
percibimos, sino también a través de qué es que lo percibimos, somos
inconscientes, en gran medida, de su influencia.
Así como todos tenemos
unas huellas dactilares únicas y un físico único en el mundo lo mismo ocurre
con nuestras vibraciones, en donde cada ser vivo lleva una firma vibratoria
única.
Así nuestra conciencia / el alma emite un amplio espectro de
vibraciones, que a través del principio de la resonancia atrae un espectro
similar correspondiente a esa vibración emitida.
Las almas de una
frecuencia común comparten lugares comunes de experiencia y tienden a cruzarse
en la vida.
Este es el estudio de cómo las vibraciones influyen en la
experiencia, y de cómo la experiencia influye en la vibración. La simplicidad
de la correspondencia entre las vibraciones del alma y la experiencia personal
traiciona la sorprendente naturaleza de sus implicaciones.
Así nuestras
experiencias diarias son los efectos finales de procesos vibracionales
hiperdimensionales.
Un fuerte abrazo para todos.
Happy
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