*** Muy interesante para el estudio de los ancestros y costumbres del
hombre en Mesoamérica donde se describe el mundo “multidimensional como los 13
niveles del cielo”.
Se le llama códice a un documento
manuscrito que tiene importancia histórica o literaria, en especial cuando es
anterior a la invención de la imprenta.
Este es el caso del Códice Borgia
que es uno de los manuscritos precolombinos, antes de la llegada de los
españoles y es uno de los más bellos y de los pocos que se conservan.
Se conoció su existencia a
finales siglo XVIII como parte del Museo del Cardenal Stefano Borgia en Roma,
de ahí su nombre.
Es decir el códice Borgia recibió
su nombre en honor del cardenal italiano Stefano Borgia, que era su propietario
hasta su adquisición por parte de la Biblioteca Vaticana.
El códice Borgia fue trasladado a
Europa, probablemente a Italia, a principios de la época colonial española en
México. Fue redescubierto en 1805 por Alexander von Humboldt entre las
propiedades del cardenal Stefano Borgia. El códice Borgia está guardado en la
Biblioteca Apostólica, en el Vaticano.
En 2004, Maarten Jansen y Gabina
Aurora Pérez Jiménez propusieron que fuera rebautizado con el nombre indígena
de Yoalli Ehecatl, "Noche y viento" en náhuatl, aunque aún no está
claro que sus autores fueran nahuas.
El códice está escrito sobre piel
de animal, seguramente en piel de venado, plegada en 39 hojas. Cada hoja es un
cuadrado de 27 cm por 27 cm, con una longitud total de casi 11 metros.
Todas las páginas menos la última
están escritas e ilustradas por ambas caras, lo que supone 76 páginas con
contenido. El códice se lee de derecha a izquierda.
La parte más larga del códice
Borgia y, a la vez, más enigmática, representa una narración de sucesos
históricos, que tuvieron lugar en Tula y en Teotihuacán.
El Códice Borgia es uno de los
más bellos manuscritos precolombinos, de los pocos aún prevalecientes. No se
conoce el lugar exacto de origen de este códice, sin embargo, no hay duda que
es originario de las altas tierras centrales de México (posiblemente cerca de
Puebla o del Valle de Tehuacán), un área que estuvo bajo el régimen azteca en
la era de la conquista.
Obviamente este códice fue
pintado antes de la llegada de los españoles, ya que no muestra ninguna
influencia europea. En el siglo XVI fue enviado de México a España, y de ahí a
Italia.
¿Cuál era el objetivo del Códice
Borgia?
El Códice Borgia es, como la
mayoría de los manuscritos precolombinos, un libro religioso, hecho por
sacerdotes escribanos altamente especializados.
Los códices mexicanos no son
libros en el normal sentido de la palabra, por razones de su realización tanto
como por razones de su utilización. En este tiempo no existía ningún medio de
impresión, para fabricar varias copias a la vez. Por otro lado esto no era la
intención tampoco, ya que estos manuscritos no fueron hechos para simplemente
almacenar información o para leer historias para entretenerse.
El objetivo principal de los
libros mesoamericanos como es este del Códice Borgia, es retener el tiempo y
plasmar la historia y la religión.
Al parecer, las imágenes eran más
importantes que las palabras, sobre todo con los aztecas y otros pueblos del
centro de México. Hay que recordar que las historias se transmiten en una
tradición oral.
Así también, estos libros no
fueron realizados para ser contemplado para un lector individual, sino más que
eso, eran usados como una guía que formaba parte de ceremonias religiosas,
también como las lecturas en las audiencias, para hacer profecías o las usaban
para hacer pronósticos de las vidas de aquellos que estaban próximos a tener
futuros hijos, etc.
Las temáticas de los códices
precolombinos mesoamericanos se centran en dos cuestiones, la astronomía y lo
histórico.
Así una gran vertiente está
relacionada con la astronomía. A esta categoría pertenecen todos los códices
mayas y el grupo Borgia, amén del Códice Borbónico. Son propiamente lo que los
antiguos nahuas llamaron tonalámatl o libro de los días. En ellos se describe
las relaciones entre los días del calendario ritual de 260 días y las deidades
patronas de cada una de la treceno, de cada signo de los días.
Además, en el caso de los códices
del grupo Borgia, parece muy probable que las láminas de algunos de ellos sean
descripciones muy minuciosas del tipo de ofrendas que se tenían que presentar
en cada día con el propósito de obtener el favor de los dioses.
Otra gran vertiente está
compuesta por los códices históricos. En esta categoría entran todos los códices
mixtecos y la Tira de la peregrinación mexica.
Los códices históricos conservan
relatos sobre sucesos importantes que ocurrieron en el devenir de los pueblos
que los crearon. Por ejemplo, la Tira de la Peregrinación narra la travesía de
los mexicas desde Aztlán hasta Culhuacan, detallando el número de años que
pasaron en su larga migración.
Los códices mixtecos que se
conservan giran todos en torno a la figura de Ocho Venado, señor de
Tututepec.
En todos estos documentos se
narra la historia del ascenso del poderío de Ocho Venado, aunque cada uno de
ellos pone énfasis especial en los asuntos que fueron de importancia para la
comunidad en la que fueron confeccionados.
Además, los códices mixtecos
proveen genealogías muy detalladas de señoríos tan importantes como Tilantongo,
Zaachila y Teozacoalco.
Se muestran templos, juegos de
pelota y numerosos sacrificios.
En el códice contiene láminas,
que fueron usadas para hacer profecías sobre matrimonios. Una de las últimas
láminas muestra una hermosa pintura del dios del sol rodeado de 12 pájaros y de
una mariposa, simbolizando de esta manera los 13 niveles del cielo.
Los orígenes de esta alta cultura
constituyen el más hermético de los misterios. Basándose sobre la existencia de
ciertos motivos tomados de los países tropicales, de la serpiente quetzal,
caracoles marinos o tortuga, se ha hablado de un aporte cultural del Sur; pero,
si bien procedentes de otras zonas, estos motivos están tan fuertemente
integrados al conjunto espiritual teotihuacano, que es imposible suponer que
hayan podido ser trasplantados ya convertidos en símbolos.
Teotihuacán
según este códice fue la primera ciudad náhuatl, y es así como los sabios
aztecas que trasmitieron su saber escribiendo o informando a los cronistas
españoles, concuerda con la arqueología a propósito de esta Tollan que
consideran la fuente de sus conocimientos y de su historia.
Es útil recordar que el término
Tollan significa en náhuatl gran ciudad o metrópoli y que todas las capitales
del Altiplano lo llevaron junto a su nombre propio.
Las informaciones coinciden,
además en lo que los cronistas especifican siempre: que el rey de Tollan no era
otro que Quetzalcoatl, el creador de todo el saber humano. Ahora bien, la
arqueología descubre que Teotihuacán es no solamente el lugar donde fueron
creados los elementos culturales náhuatl, sino también la primera y la única
durante mucho tiempo, donde se encuentra expresado el culto de Quetzalcoatl
(quetzal: pájaro, coatl: serpiente).
En conclusión este
códice Borgia junto con otros encontrados en Mesoamérica muestran que
Teotihuacán era la Ciudad de los Dioses y así la describen con muchísimos
detalles y no dejan nada para el azar, como son datos muy exactos astronómicos,
históricos y religiosos que los mayas se complacieron en inscribir sobre sus
monumentos y es en estos códices donde están implícitos la mitología y el
simbolismo que expresan el pensamiento náhuatl que por otra parte sería
imposible sin la existencia previa de una ciencia exacta.
Piénsese en las especulaciones
que habrían sido necesarias para llegar a formular todo un tratado de
metafísica en una sola figura.
Un fuerte
abrazo para todos.
Happy
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