miércoles, 6 de mayo de 2015

Códice Borgia

Multiuniversos
 

 

*** Muy interesante para el estudio de los ancestros y costumbres del hombre en Mesoamérica donde se describe el mundo “multidimensional como los 13 niveles del cielo”.
 

Se le llama códice a un documento manuscrito que tiene importancia histórica o literaria, en especial cuando es anterior a la invención de la imprenta.

Este es el caso del Códice Borgia que es uno de los manuscritos precolombinos, antes de la llegada de los españoles y es uno de los más bellos y de los pocos que se conservan.

Se conoció su existencia a finales siglo XVIII como parte del Museo del Cardenal Stefano Borgia en Roma, de ahí su nombre.

Es decir el códice Borgia recibió su nombre en honor del cardenal italiano Stefano Borgia, que era su propietario hasta su adquisición por parte de la Biblioteca Vaticana.
 
El códice Borgia fue trasladado a Europa, probablemente a Italia, a principios de la época colonial española en México. Fue redescubierto en 1805 por Alexander von Humboldt entre las propiedades del cardenal Stefano Borgia. El códice Borgia está guardado en la Biblioteca Apostólica, en el Vaticano.

En 2004, Maarten Jansen y Gabina Aurora Pérez Jiménez propusieron que fuera rebautizado con el nombre indígena de Yoalli Ehecatl, "Noche y viento" en náhuatl, aunque aún no está claro que sus autores fueran nahuas.

El códice está escrito sobre piel de animal, seguramente en piel de venado, plegada en 39 hojas. Cada hoja es un cuadrado de 27 cm por 27 cm, con una longitud total de casi 11 metros.

 Todas las páginas menos la última están escritas e ilustradas por ambas caras, lo que supone 76 páginas con contenido. El códice se lee de derecha a izquierda.

La parte más larga del códice Borgia y, a la vez, más enigmática, representa una narración de sucesos históricos, que tuvieron lugar en Tula y en Teotihuacán.
 
El Códice Borgia es uno de los más bellos manuscritos precolombinos, de los pocos aún prevalecientes. No se conoce el lugar exacto de origen de este códice, sin embargo, no hay duda que es originario de las altas tierras centrales de México (posiblemente cerca de Puebla o del Valle de Tehuacán), un área que estuvo bajo el régimen azteca en la era de la conquista.

 Obviamente este códice fue pintado antes de la llegada de los españoles, ya que no muestra ninguna influencia europea. En el siglo XVI fue enviado de México a España, y de ahí a Italia.

¿Cuál era el objetivo del Códice Borgia?


El Códice Borgia es, como la mayoría de los manuscritos precolombinos, un libro religioso, hecho por sacerdotes escribanos altamente especializados.

Los códices mexicanos no son libros en el normal sentido de la palabra, por razones de su realización tanto como por razones de su utilización. En este tiempo no existía ningún medio de impresión, para fabricar varias copias a la vez. Por otro lado esto no era la intención tampoco, ya que estos manuscritos no fueron hechos para simplemente almacenar información o para leer historias para entretenerse.


El objetivo principal de los libros mesoamericanos como es este del Códice Borgia, es retener el tiempo y plasmar la historia y la religión.
 
 Al parecer, las imágenes eran más importantes que las palabras, sobre todo con los aztecas y otros pueblos del centro de México. Hay que recordar que las historias se transmiten en una tradición oral.
 
Así también, estos libros no fueron realizados para ser contemplado para un lector individual, sino más que eso, eran usados como una guía que formaba parte de ceremonias religiosas, también como las lecturas en las audiencias, para hacer profecías o las usaban para hacer pronósticos de las vidas de aquellos que estaban próximos a tener futuros hijos, etc.

Las temáticas de los códices precolombinos mesoamericanos se centran en dos cuestiones, la astronomía y lo histórico.

Así una gran vertiente está relacionada con la astronomía. A esta categoría pertenecen todos los códices mayas y el grupo Borgia, amén del Códice Borbónico. Son propiamente lo que los antiguos nahuas llamaron tonalámatl o libro de los días. En ellos se describe las relaciones entre los días del calendario ritual de 260 días y las deidades patronas de cada una de la treceno, de cada signo de los días.

Además, en el caso de los códices del grupo Borgia, parece muy probable que las láminas de algunos de ellos sean descripciones muy minuciosas del tipo de ofrendas que se tenían que presentar en cada día con el propósito de obtener el favor de los dioses.
 
Otra gran vertiente está compuesta por los códices históricos. En esta categoría entran todos los códices mixtecos y la Tira de la peregrinación mexica.
 
Los códices históricos conservan relatos sobre sucesos importantes que ocurrieron en el devenir de los pueblos que los crearon. Por ejemplo, la Tira de la Peregrinación narra la travesía de los mexicas desde Aztlán hasta Culhuacan, detallando el número de años que pasaron en su larga migración.

Los códices mixtecos que se conservan giran todos en torno a la figura de Ocho Venado, señor de Tututepec.
 

En todos estos documentos se narra la historia del ascenso del poderío de Ocho Venado, aunque cada uno de ellos pone énfasis especial en los asuntos que fueron de importancia para la comunidad en la que fueron confeccionados.

Además, los códices mixtecos proveen genealogías muy detalladas de señoríos tan importantes como Tilantongo, Zaachila y Teozacoalco.

Se muestran templos, juegos de pelota y numerosos sacrificios.

En el códice contiene láminas, que fueron usadas para hacer profecías sobre matrimonios. Una de las últimas láminas muestra una hermosa pintura del dios del sol rodeado de 12 pájaros y de una mariposa, simbolizando de esta manera los 13 niveles del cielo.

Los orígenes de esta alta cultura constituyen el más hermético de los misterios. Basándose sobre la existencia de ciertos motivos tomados de los países tropicales, de la serpiente quetzal, caracoles marinos o tortuga, se ha hablado de un aporte cultural del Sur; pero, si bien procedentes de otras zonas, estos motivos están tan fuertemente integrados al conjunto espiritual teotihuacano, que es imposible suponer que hayan podido ser trasplantados ya convertidos en símbolos.

Teotihuacán según este códice fue la primera ciudad náhuatl, y es así como los sabios aztecas que trasmitieron su saber escribiendo o informando a los cronistas españoles, concuerda con la arqueología a propósito de esta Tollan que consideran la fuente de sus conocimientos y de su historia. 


 Es útil recordar que el término Tollan significa en náhuatl gran ciudad o metrópoli y que todas las capitales del Altiplano lo llevaron junto a su nombre propio.

Las informaciones coinciden, además en lo que los cronistas especifican siempre: que el rey de Tollan no era otro que Quetzalcoatl, el creador de todo el saber humano. Ahora bien, la arqueología descubre que Teotihuacán es no solamente el lugar donde fueron creados los elementos culturales náhuatl, sino también la primera y la única durante mucho tiempo, donde se encuentra expresado el culto de Quetzalcoatl (quetzal: pájaro, coatl: serpiente).

En conclusión este códice Borgia junto con otros encontrados en Mesoamérica muestran que Teotihuacán era la Ciudad de los Dioses y así la describen con muchísimos detalles y no dejan nada para el azar, como son datos muy exactos astronómicos, históricos y religiosos que los mayas se complacieron en inscribir sobre sus monumentos y es en estos códices donde están implícitos la mitología y el simbolismo que expresan el pensamiento náhuatl que por otra parte sería imposible sin la existencia previa de una ciencia exacta.

Piénsese en las especulaciones que habrían sido necesarias para llegar a formular todo un tratado de metafísica en una sola figura.

Un fuerte abrazo para todos.
                                        

Happy

 


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