Al estudiar el progreso, la evolución de las
instituciones siempre me parece
semejante a la de las personas. Es decir hay una relación directa entre el
progreso individual y el progreso de las instituciones.
Así en la primera etapa del hombre en su vida es la formativa.
La segunda etapa se desarrolla.
La tercera etapa ya se institucionaliza y con ello se entorpece y frena el progreso.
Por ello al estudiar el progreso, la evolución de las
instituciones como hemos dicho es semejante a la de las personas.
Es decir, en la 3ª etapa, las instituciones al igual que las
personas “se acomodan” y esto entorpece y frena el progreso.
El hombre se diferencia de los animales en que tiende al
progreso. Lo único que puede detenerlo es la costumbre. Por ejemplo el león
desde que existe en la tierra no ha progresado sin embargo el hombre ha pasado
de la gruta a la ciudad de los rascacielos.
Por ello el progreso es y debe ser un concepto dinámico y
cambiante.
Cuando se habla de progreso la mayoría de la gente solo
piensa de dos progresos el científico y el
tecnológico. Pero debemos añadir también un progreso ético.
El progreso ético se remonta desde los griegos es decir hace
3000 años y este va apareciendo en los códigos de las leyes civiles y penales, posteriormente en las nuevas
constituciones políticas más modernas. Él progreso ético ha permitido que se
pudiera redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La disposición de aprender de la experiencia de los demás
ayuda sin duda al progreso del individuo,
es decir la experiencia de los demás es un concepto básico para el
progreso. “y lo único que puedo detenerlo es la costumbre”.
La sociedad que prospera es la que trabaja por su futuro y
por evolucionar. Por tanto lo malo del progreso es la costumbre y el
conformismo.
El ideal de la evolución de una sociedad debería ser lo que
entendemos como “bienestar de las personas”,
ya que le da sentido de la dirección en la que la sociedad debe moverse
para lograr el progreso. Solo con base
en esta comprensión, será posible conseguir el progreso social y determinar si se dirige en la dirección
correcta.
Los indicadores que
normalmente se utilizan para averiguar el progreso y el bienestar de las
personas son desde el punto de vista de un ciudadano podríamos decir
excesivamente técnicos ya que por ejemplo, del Producto Interior Bruto (PIB),es
una medida que se enfoca exclusivamente en la producción económica de bienes y
servicios, pero que no toma en cuenta aspectos tales como la distribución de
ingresos, la justicia, las libertades, las capacidades de las personas para
lograr una vida significativa, la satisfacción con sus vidas, la ética como
denominador común en la práctica de una profesión, la importancia de la familia
como núcleo indisoluble de una buena sociedad. Es decir que cuando los
especialistas nos hablan del progreso siempre es referido al progreso
económico.
Por eso el Real y verdadero progreso debe reconocer que hay
muchas consideraciones que requieren de un enfoque multidisciplinario en el que
participen una gran variedad de actores sociales.
Para el ser humano es muy importante que el progreso de la
humanidad en general y de la sociedad en particular no se limite solo a fríos
números como el PIB ya que el factor humano está lleno de sensibilidades que
los simples números no contemplan.
Por tanto en la concepción de la evolución del hombre el progreso
es un concepto que debe indicar la existencia de un sentido de mejora en la
condición humana.
Por tanto como hemos dicho anteriormente no solo debemos
pararnos en los índices puramente económicos sino que el progreso debería
incluir otros campos como la
estadística, economía, sociología, ética, medicina, antropología, planeación
urbana, psicología, filosofía, psiquiatría y la educación y respeto, entre
otros.
Esta combinación de campos deben ser incorporados a los de la economía en una
visión antropológica de progreso que responda a la multiplicidad de factores
que conformen el bienestar humano.
Los objetivos del
hombre a cerca del progreso deberíamos trabajar y profundizar en los siguientes
puntos: (1) profundizar en el debate sobre cómo medir el progreso social y el
bienestar de las personas; (2) mejorar e incluir al progreso económico una
seria de factores que para el ciudadano son muy importantes y es el verdadero avance de la sociedad en sus
diversas ramas y; (3) alcanzar resultados concretos, establecer marcos y abrir nuevas
rutas para trabajos futuros.
Tiene que quedar muy claro que para la evolución del hombre la
medición del bienestar va más allá del dinero y del PIB, y requiriere la
consideración de dimensiones objetivas y subjetivas. La medición del bienestar
debe enfocarse en los individuos y en los hogares.
Las dimensiones importantes del bienestar incluyen a la
salud, educación, condiciones de trabajo, vivienda, situación económica,
relaciones interpersonales,
disponibilidad de tiempo libre, el acceso a la protección social,
ciudadanía efectiva, aplicación de la ley y a la igualdad étnica y de género.
Todo bajo un techo de juventud sana cuyo factor y denominador común a todos es
el ejercicio de la ética en toda su extensión.
El bienestar afectivo será determinante para el buen
progreso. Las personas deben sentir el bienestar del progreso que incluye consideraciones afectivas y
sensitivas. Es útil para estimar y cuantificar la importancia relativa de
factores no monetarios y para evaluar los beneficios de diferentes actuaciones
sociales. La interpretación de los indicadores del bienestar afectivo debe
tomar en consideración aspectos tales como los valores personales, las
expectativas y el respeto entre las personas.
Las desigualdades
humanas y sociales se manifiestan no
solo en el aspecto económico sino también en la educación, salud, el acceso a
servicios de calidad, la disponibilidad de tiempo libre, el ejercicio de la
ciudadanía y en otros factores. Se debe poner énfasis en las desigualdades
étnicas y de género, y en otros grupos vulnerables, así como en la movilidad
social inter-generacional.
Para obtener el
Progreso del hombre se deben consensuar objetivos y tomar decisiones sobre las
diferentes dimensiones del bienestar. Hay un consenso sobre la necesidad de
capturar datos sobre los aspectos objetivos y subjetivos del bienestar y en
usar todas las fuentes de información disponibles; en mejorar las estadísticas
oficiales y herramientas existentes, así como en usar, analizar y difundir los
datos existentes. Se debe poner atención, además, en la armonización de
conceptos, estándares y definiciones.
Para la evolución del hombre y desde nuestra base debemos de
tener el compromiso de hacer llegar tanto a la sociedad civil como política las
necesidades de fomentar el buen progreso y así obtener un bienestar social en
su conjunto
Los ciudadanos tenemos
que implicarnos para ayudar y contribuir en la comunidad científica, creando
centros de investigación para así promover un progreso para que se estudie y se
debata en centros académicos locales, regionales y estatales.
La sociedad con sus principios éticos y de tolerancia debería
alentar a las organizaciones internacionales para seguir trabajando en
establecer estándares, proporcionar
guías e identificar buenas prácticas para producir un progreso de bienestar
coherente en todos los campos.
En Conclusión diremos que la sociedad que prospera es la que
trabaja éticamente por su futuro y por evolucionar Sanamente.
¡¡ Pensando siempre en el bien de los demás!!
Por tanto el freno del
progreso es el egoísmo individual, la costumbre y el conformismo.
Y el progreso no tendrá
ningún sentido mientras en el mundo haya tantas diferencias entre pobres
y ricos, donde encontramos millones de niños
infelices con una inmensa miseria y
muriéndose de hambre.
Un fuerte abrazo para todos.
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