Es el despertar
de la conciencia, es decir “La iluminación es ser conscientes que somos una
conciencia.”(Conciencia objetiva + conciencia subjetiva).
A través de ella, y
mediante su aplicación correcta, un ser humano llamado Siddhartha Gautama hace
más de 2500 años alcanzó un estado de conciencia óptima y desde ese
momento se lo llamó el Buda, esto es, “el que se ha despertado, el
iluminado”.
La iluminación
es una experiencia directa de la realidad que incluye lo
absoluto en lo relativo y lo relativo en lo absoluto.
Donde la mente produce pensamientos, ideas de fantasías alimentadas por
un ego y
con la iluminación lo que se pretende es que nuestros pensamientos se queden
fuera de juego, es decir, intentar que nuestro EGO pase desapercibido.
La iluminación supone la
aceptación que nosotros pertenecemos a un plano astral que está incluido a su
vez en otros diferentes planos y que son fronteras sutiles que nos
separan de nuestra propia realidad.
La iluminación por
tanto supone una plena aceptación de que ¡las cosas son como son!
y no como a nosotros nos gustaría que fueran.
Cuando dejamos que
aparezca la experiencia de la iluminación todo es simple, natural, surge
espontáneamente ante una mente abierta y flexible.
No hay lugar para la
tensión, no es algo presuroso ni vacilante. Es un espacio único donde no hay
Buda ni Dios, ni ustedes ni yo, ni arriba ni abajo, ni adentro ni afuera. No
hay nada de nada, es decir, como presume hoy la física cuántica hay un Todo
lleno de Nada.
¿Cómo poder ver y
comprender este concepto tan difícil que nos habla la física cuántica?
El ser humano
está limitado por sus cinco sentidos y esto hace que nuestro lenguaje y
entendimiento de las cosas sea muy básico y no pueda captar en palabras,
en ideas y en símbolos la experiencia de la inmediatez que es donde surge
la iluminación.
Hay que tener en
cuenta que la iluminación nunca se apaga, nunca se enciende, nunca ha nacido y
tampoco nunca se ha extinguido, aunque nosotros la tratemos de delimitar y
explicar en las coordenadas lineales de nuestro concepto espacio-tiempo
conocido.
¿Pero eres
realmente consciente de tu realidad?, es decir controlas tus pensamientos, y lo
que quieres pensar o simplemente tu mente navega sin rumbo fijo, sin control.
Si es este el
caso entonces es que somos un ser “inconsciente” y aquí nos vamos a un
principio de la física cuántica. El observador crea su propia realidad.
Pero para crear una
realidad, en primer lugar hay que ser conscientes de lo que queremos y aquí es
donde radica el verdadero problema, “no sabemos lo que queremos”, esto es
básico cuando queremos crear la realidad.
Si no sabemos lo que
queremos entonces que podemos crear, realmente creamos de todo, experiencias
positivas y negativas, en la mayoría del tiempo negativas. Pero ¿Qué pasa
cuando sabemos lo que queremos?, en ese momento somos creadores de nuestra
realidad y aquí es donde ponemos en práctica todo el poder y las capacidades
ilimitadas que tenemos inherentes.
¿Por qué hay personas
que construyen grandes empresas, grandes construcciones, realizan grandes
hazañas y otros simplemente no salen de su entorno?, seguramente los primeros
saben lo que quieren, los otros no. Somos mucho más de lo que pensamos ser,
tenemos capacidades ilimitadas, pero nunca las ponemos en práctica.
Este es el secreto del
triunfo TENER FE EN NOSOTROS MISMOS y cuando tenemos fe no hay nada ni
nadie que lo pare, sin embargo cuando por el contario tenemos dudas en nuestros
objetivos es entonces cuando perdemos la fe en nuestros objetivos y viene el
fracaso.
Nuestra Realidad como
decía Platón es ficticia.
Platón hizo una
alegoría entre el mundo ficticio en que vivimos y el mundo real del cual el
alma viviente procede.
En su relato de la
caverna, es fácil ver que los prisioneros de la caverna son todas las almas
condicionadas en este mundo material, encadenados por los miles de deseos
materiales, como la lujuria, la avaricia, la envidia y la ira.
Originalmente, estas
almas gozaban en plena libertad fuera de la caverna, a la luz del día, pero sintiéndose
atraídos por la cueva y todas las cosas que allí tenían dejaron el medio
exterior de la luz y el hombre se sumergió en la oscuridad de esta existencia
material.
Adoptando un cuerpo
material, se convierten en esclavos y son atados por infinidad de deseos.
Las sombras que se ven
reflejadas en la pared de la cueva, representan a otras entidades vivientes y
los diversos objetos que el alma percibe mientras se encuentra en el cuerpo.
Es decir los
prisioneros están sentados y toman estas sombras como objetos reales del
universo y sin embargo son solo sombras.
De hecho, sus cuerpos
reales están ahí escondidos en la oscuridad, al igual que el cuerpo espiritual
está oculto para el que percibe sólo a través de los 5 sentidos que tenemos.
Pero la vida real
existe, solo falta subir por la caverna y salir fuera y esa es nuestra realidad
donde el cuerpo es consciente de su alma.
Cuando uno alcanza la
iluminación y sale de la caverna es entonces cuando percibe su verdadera
realidad y se da cuenta que ha sido esclavo viviendo dentro de la cueva.
Es entonces cuando sale de
la caverna y es entonces cuando el observado se da cuenta de su realidad y se convierte en
observador y así el concepto del ojo que lo ve todo, es ¡¡¡ porque te has
convertido en observador de tu propia existencia !!!.
Veamos algunos
ejemplos con los que se asocia el nombre de la iluminación: Despertar de la
conciencia, Evolución espiritual, La Mente universal, Paranirvana, Samâdhi,
Mente Única, Realidad Última, Existencia infinita, kaivalya, Visualización
Creativa, Kenshô, Realización espiritual, Esclarecimiento, Autorrealización, El
Entendimiento, etc.
No importa la nomenclatura lo importante es el concepto. La iluminación es una
experiencia propia y personal del conocimiento superior, la cual viene
acompañada por el rechazo del lastre de las enseñanzas de las distintas
religiones institucionales.
En cualquier caso, la
iluminación es un esclarecimiento místico del YO INTERIOR.
Es poner en claro, llegar
al fondo y dilucidar los verdaderos componentes de tu propio ser.
La iluminación es
entender que el ser humano es decir que nuestro cuerpo físico es el
último eslabón para llegar al primer plano que es el divino y esta
experiencia se manifiesta en paz, amor, felicidad, sentido de unidad con el
universo.
En la verdadera
Iluminación no existe separación entre el cuerpo físico y el cuerpo sutil
es decir que no hay “mundo interior” ni “mundo exterior”. Al trascender
totalmente “la dualidad físico-sutil”, la experiencia es un continuo de
conciencia clara, pura y homogénea que se extiende en todas
direcciones.
Además, en este estado
de conciencia, se aprisiona la realidad de las cosas tal y como son,
no como objetos percibidos a través de los sentidos sino penetrando su
verdadera naturaleza. Por esta razón, se dice que la Iluminación es
“Vivenciar la Realidad”.
Es muy importante no
confundir “Conocimiento” con “Anagnórisis” una cosa es el apilamiento del saber
ordinario y otra muy distinta es la traducción aristotélica de la percepción
subjetiva de uno mismo que desgraciadamente está tamizada por los sentidos y la
razón interpretativa de los hechos.
La Iluminación es por
tanto un estado de visión espiritual directa, intuitiva, sin
intermediarios, sin intelectualización en la cual todo se concibe claro,
directa e intensamente.
Es un estado libre de
toda ignorancia y puntos de vista erróneos; libres de todas esas formas
habituales de pensamientos parcializados, negativos, distorsionados y
oscuros, libre de todo prejuicio y de todo tipo de
condicionamiento mental.
Así, podemos decir, a
manera de resumen, que la Iluminación es alcanzar un estado de conciencia clara y
pura, un estado de visión espiritual directa y un estado de Conocimiento
Superior.
Un fuerte abrazo para todos.
Happy
No hay comentarios:
Publicar un comentario