sábado, 23 de mayo de 2015

LA MUERTE Y LA INMORTALIDAD

La Muerte y la Inmortalidad
 
Cuando se aborda el concepto de la muerte y la inmortalidad no tenemos más remedio que hablar sobre las teorías de Platón donde tal vez su doctrina sea la más extensa, por su amplitud y profundidad y sea una de las partes esenciales de sus hipótesis.
No sólo en Fedro se explaya detalladamente sobre el destino de las almas después de la muerte, sino que en La República, y especialmente en Fedón, nos ofrece una descripción cargada de significados simbólicos y mistéricos.
Platón se preguntaba ¿Consideramos que la muerte es algo? o ¿Acaso es otra cosa que la separación del alma del cuerpo? ¿Y es estar muerto es esto, es decir que el cuerpo esté solo en sí mismo, separado del alma, y el alma se quede sola en sí misma separada del cuerpo? ¿Acaso la muerte no es otra cosa sino esto?
La muerte es vista como una prueba y una oportunidad para desprenderse de la trampa de la ilusión, una de las condiciones más engañosas de su famosa caverna.
La “vida” es una liana que atrapa a los injustos, pero que mediante el arma de la filosofía puede ser cortada.
En el Fedón afirma: “los Misterios de que los humanos estamos en una especie de prisión en donde los dioses son los que cuidan de nosotros y que nosotros, los humanos, somos una posesión de los dioses.
En el Gorgias, por medio del Mito de los Infiernos, nos muestra su postura frente a la inmortalidad y la “vida post-mortem”.
En el Mito de Er, Platón nos ofrece una descripción notable acerca del periplo que espera a las almas después de la muerte.
La discusión acerca de la homogeneidad o complejidad de las almas después de la muerte queda aclarada en su necesidad de reencarnar para continuar su proceso purificatorio, liberarse y alcanzar el estado primordial y divino.
Platón cierra su relato con una conclusión que bien puede servir de síntesis de su pensamiento:
“De esta manera, estoy convencido de que debemos creer que el alma es inmortal y que es capaz de albergar todos los males y todos los bienes. En tal caso iremos siempre por el camino ascendente y practicaremos la justicia con sabiduría. Por eso seremos amigos de los dioses y de nosotros mismos, no sólo en este mundo, sino que, a la manera en que los atletas reciben victoriosos sus premios en los juegos, también recibamos nuestra recompensa por haber sido héroes de la justicia. Así seremos felices en esta vida y en el viaje de mil años que hemos descrito”.
Por otra parte Sócrates, ya condenado y por tanto ya se dispone a morir, es cuando calma a sus amigos que no pueden evitar sentirse conmocionados, con un excelente discurso acerca de la inmortalidad del alma, su destino después de la muerte, y la serenidad que se hace natural a quien está a punto de dejar la cárcel de cuerpo.
Platón nos ofrece sus famosos cuatro argumentos demostrativos de la inmortalidad, que resumimos aquí:
a) De los opuestos. Todas las cosas que tienen opuestos son engendradas de estos opuestos. Así, la vida sobreviene a la muerte y ésta de la vida.
Para aclarar esto Sócrates hace un símil de los opuestos donde la vigilia su opuesto es el sueño y la vida su opuesto es la muerte, y así se hace la pregunta  ¿la vida no tiene también su contraria, como la vigilia tiene el sueño?
 — Sin duda, dijo Cebes.
 
— ¿Cuál es esta contraria?
 — La muerte.
 — ¿Cuál es la contraria a la muerte?
 — Revive (reencarnación)
¿Reconoceremos igualmente a la muerte la virtud de producir su contraria, o diremos que por este lado la naturaleza es coja? ¿No es toda necesidad que el morir tenga su contrario?
 — Es necesario.
 — ¿Y cuál es este contrario?
 — Revivir.
 b) De la reminiscencia. La teoría de la reminiscencia es una teoría del conocimiento según la cual conocer es recordar.
Aunque tiene antecedentes, la teoría se asocia principalmente a Platón. Para éste, adquirir conocimiento consiste en recordar lo que el alma sabía cuando habitaba en el mundo inteligible de las ideas antes de caer al mundo sensible y quedar encerrada en el cuerpo. Así, la teoría de la reminiscencia está ligada a la diferencia platónica entre el cuerpo y el alma.
Esta teoría de la reminiscencia (recuerdo) o anamnesis: tiene como fundamento la doble tesis pitagórica de la inmortalidad y la transmigración de las almas.
Antes de la introducción del alma en el cuerpo, este ha visto las realidades inteligibles, no siendo extraño que sea capaz de recordar lo que antes ha conocido.
De tal manera que lo que llamamos aprender o investigar no es más que recordar lo que antes ha conocido. De tal manera que lo que llamamos aprender a investigar no es más que recordar.
No podemos comenzar a tener percepciones sensibles o experiencia si nuestra alma no tiene conocimiento de las ideas.
Sólo mediante las ideas puede leerse el mundo del sentido. Las Ideas, que ya se encuentran impresas en el alma, salen a la luz por medio de la mayéutica.
La mayéutica proviene del griego que significa "dar a luz". Se le da este nombre pues Sócrates tenía como ideología que el saber era dar a luz un nuevo conocimiento.
 c) De la simplicidad.
La teoría de la simplicidad se fundamenta en la indisolubilidad de lo simple es decir lo compuesto se puede separar pero lo simple no y  el alma es simple. Por tanto sólo lo simple permanece siempre en idéntico estado.
En otras palabras las cosas compuestas se disuelven, en cambio, las cosas simples no se descomponen y viven para siempre.
El alma es pura y por lo tanto, es simple e inmortal.
 d) La prueba del principio vital
Las ideas como causas verdaderas.
Hay cosas buenas porque existe la Bondad, y hay cosas verdaderas porque existe la Verdad. Estas ideas son invariables. La Vida como idea reside en el alma (en el cuerpo no), por lo que ésta es inmortal.
 
e) Teoría ética:
Si la muerte supusiera la destrucción de todo (cuerpo y alma), el malvado quedaría libre de su maldad. Pero puesto que el alma es inmortal, ninguna culpa queda perdonada con la muerte.
En resumen:                                                                                                      
El alma siempre trae la vida a aquello que ocupa.                                          
Lo contrario de la vida es, evidentemente, la muerte.                            
Por lo tanto, la muerte es lo contrario a lo que siempre trae la vida, es decir, al alma.
Ningún contrario admitirá jamás algo que represente lo contrario de sí mismo. Por ello, sería inconcebible que el alma-vida pudiera aceptar en sí a su contrario, es decir, la muerte.
Aquello que no admite la idea de lo mortal lo denominaremos lo inmortal.
La realidad que no admitía jamás a la muerte era el alma.
Por lo tanto, no es absurdo concluir que el alma es inmortal.
Pero, además, lo que no admite jamás la muerte es algo indestructible, ya que cuando la muerte marche sobre ella no la admitirá. Por lo tanto, el alma no solamente es inmortal sino también indestructible.
Platón invoca a la vida como una preparación o entrenamiento que asume el alma en esta vida, donde el hombre sensato, sabe distinguir las apetencias y aflicciones corporales como algo importante en la evolución del alma.
Describe el destino que espera a las distintas clases de mortales que se dejan arrastrar por sus apetitos sensoriales, viendo en el cuerpo nada más que una prisión que ahoga al alma, que se inclina hacia la sabiduría mediante el despertar de su Nous, y desdeña las llamadas que los sentidos le hacen.
Los que se distinguieron al vivir con justicia y moderación, son liberados de las regiones subterráneas y ascienden, para habitar la verdadera superficie de la tierra. Todas las almas que han sido purificadas viven sin cuerpo para toda la eternidad, en una morada aún más bella, en donde las palabras no alcanzan a ilustrar su magnificencia.
Y voy a terminar a modo de resumen este capítulo sobre la filosofía de Platón cuando el habla del término de la “Purificación”.
Platón defendió una concepción pesimista de la realidad humana: diciendo como ya hemos dicho anteriormente que en este mundo el alma vive prisionera del cuerpo, de sus urgencias y de sus necesidades.
En la medida en que el destino del alma no es el mundo corporal y sus valores sino el mundo espiritual, y que ambos mundos están enfrentados, la tarea moral, religiosa e intelectual del hombre consistirá en intentar liberarse de las exigencias del cuerpo y de sus limitaciones.
La purificación o ascesis, es precisamente este proceso de liberación.
Desde un punto de vista moral consiste en intentar eliminar o moderar los apetitos sensibles (apetito sexual, deseo de bienes materiales como la riqueza, gula...); desde un punto de vista intelectual consiste en intentar llevar una vida de conocimiento, de ejercicio de la razón.
En conclusión esto es lo que parece indicar la extraña afirmación platónica según la cual filosofar es aprender a morir: en donde la auténtica filosofía obliga al sujeto a dirigir los ojos del alma fuera del mundo corporal, hacia el mundo de las Ideas, separándose en cierta forma del cuerpo, "muriendo" en un cierto sentido.
Un fuerte abrazo para todos.
Happy
 

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